domingo, 4 de agosto de 2013

La Iglesia de San Pedro.

DENOMINACIÓN: Iglesia Parroquial de San Pedro.

TIPOLOGÍA DE USO: Religioso.

CRONOLOGÍA: 1505.

PROPIEDAD: Eclesiástica.

DESCRIPCIÓN: Ya durante los repartimientos de estas tierras, en noviembre de 1495: “Dotose para la fabrica de la yglesia de San Pedro de la dicha villa..”, además de varias porciones de tierra; el terreno para su construcción, y su compás ó perímetro circundante alrededor, que en un origen sirvió de cementerio, pero que a partir de que se trasladó el camposanto a las afueras, se fue viendo reducido y absorbido por las viviendas.
         Fue autorizada la construcción, al igual que otras de la provincia, por el Arzobispo de Sevilla D. Diego de Deza, en Segovia en mayo de 1505.
         Su estructura es similar a la de Vélez Málaga ó Cútar. Tres naves con pilares que insinúan la forma cruciforme. El presbítero se eleva sobre una planta cuadrada que remata en armadura octogonal. En las naves destaca la central, más alta, y cubierta con armadura de par y nudillo con restos de lazo.
         Hasta aquí puede considerarse una Iglesia normal de las fundadas tras la reconquista. Pero posee otros muchos elementos que la hace diferente.
         La portada, con decoración asimétrica, no es demasiado común. Se sale de la tónica arquitectónica el que los elementos tallados en el lateral derecho no sean los mismos que los del lateral izquierdo. Y este es uno de los pocos ejemplos que podemos encontrar.

         La puerta, en arco de medio punto, lleva en la dovela clave el escudo de los RR.CC., que se mantuvo intacto hasta los años treinta del siglo XX, en que fue parcialmente destruido a golpes, pero por suerte, ha sido recientemente restaurado. En la misma se aprecian aportaciones renacentistas como los de capiteles de las pilastras, discos y grutescos de las jambas bajo la línea de imposta.


         La tradición atribuye su construcción sobre los restos de la antigua Mezquita, lo que al parecer coincide con el modo de operar de los conquistadores castellanos. Para confirmar esta teoría, pudimos comprobar durante las últimas obras de restauración del templo, que existe en la pared del retablo un agujero, que entendemos destinado a alojar el libro sagrado del Corán, la que la haría coincidir con la quibla musulmana.

         Quizás la particularidad más interesante de ellas sea la combinación de tres estilos arquitectónicos; mudéjar, gótico y renacentista.
         Mudéjar es el artesonado de madera, al alfiz de los arcos y los pilares achaflanados.
         Góticos son los arcos apuntados.
         Renacentistas son las decoraciones de los frisos (alicer), hoy apenas perceptibles, de estilo grutesco, en el que aparecen animales y seres fantásticos de fino diseño.

         Causa admiración la armadura mudéjar, que a pesar de haber sido reconstruida en varias ocasiones, aun guarda el estilo de la época en que fue fabricada y ha sido copiada para otras casas particulares. La ultima restauración data de 1916, en que se hundió el techo de la Iglesia por abandono.

         Aún se puede apreciar en el coro parte de la solería original, compuesta de ladrillo rojo mazarí, alternado con pequeños azulejos en azul. Y en los maderos que soportan las zapatas del la armadura, podían verse, hasta principios del siglo XX, estrellas de ocho puntas engarzadas al modo ataurique.

         El coro guarda además, otro de los tesoros muebles de este templo. Se trata del órgano donado el 9 de diciembre de 1937, por el embajador de España en Nueva York, don Juan Francisco de Cárdenas; por mano de González Marín, y para la Virgen de los Remedios. Una pieza muy valiosa y con muchas connotaciones históricas.
         La torre, por los escasos elementos modernos que se le han insertado, es lo más parecido a un viaje en el tiempo. Aun conserva la estructura original de su construcción, los escalones mazaríes  y guardacantones en madera. La campana mayor, bajo la advocación de la Virgen de los Remedios, fundida en 1779. Y el reloj de 1902, colocado por el Ayuntamiento de entonces.

         Otro tema es hablar de los elementos ya desaparecidos de nuestro templo.




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