Se puede definir una pedanía como un núcleo de
población menor que nace al amparo y dependiendo de otro principal y bajo su jurisdicción,
en ocasiones gobernada por un alcalde pedáneo. En este sentido Cártama ha contado
a través de su historia con hasta diez pedanías, alguna de ellas hoy desaparecida,
las cuales tratare de describir.
1─
LA ESTACIÓN DE CÁRTAMA.
Podemos considerar como germen de la
actual población, la concesión hecha en 6 de enero de 1494, durante los
repartimientos de las tierras conquistadas a los musulmanes, a Gonzalo Pérez de
Peñaranda, escribano de cámara del Rey don Fernando: “un sytyo para venta
que pidio en el camino que va desta çibdad para Álora do se junta el camino que
va de Cártama a dar en el canino de Álora junto al río a la parte de a mano
derecha como van por el dicho camino syn perjuyzio de terçero”.
Sin embargo, no permanecería mucho
tiempo la nueva Venta en poder de su constructor; sería adquirida pronto por
don Diego Romero, un caballero llegado a Málaga durante la reconquista, y que
acabada la Guerra de Granada, se convirtió en ganadero, aprovechando las tierras
concedidas por los RR. CC., en el lugar en que hoy se ubica la vecina localidad
de Pizarra.
Diego
Romero era tío de los hermanos Alonso, Juan y Pedro Romero; en los que dejó por
heredad la desde entonces conocida como “Venta
de Diego Romero”, por orden sucesorio, del mayor al menor. Y debió fallecer
muy pronto, porque en 1509 nos encontramos a su sobrino, Alonso Romero, tomando
posesión de la venta y veinte fanegas de tierra en el perímetro de la misma,
que solían sembrarse de trigo, además de otras porciones de tierra en otros
lugares cercanos.
Resulta
cuanto menos pintoresco, el protocolo de toma de posesión de una propiedad
durante el siglo XVI; este caso es muy ilustrativo, gracias al escribano
presente al acto, que tomaba nota de cuanto acontecía: “El dicho Alonso Romero fue a la venta que se dize la venta de Diego
Romero que es junto con el Rió Guadalquivirejo frontero de la villa de Cártama
e entro dentro de la dicha venta(…) de pies e cerro las puertas e se quedo
dentro e las abrio e se anduvo e paseo por la dicha venta e salio fuera e se
anduvo e paseo por todas las haças de tierra questan junto a la dicha venta
ençima della desde el cabo del río e dixo que tomaba e tomo la dicha posesión
de la dicha venta e tierras…”. Información que agradezco al investigar Alejandro Rosas Fernández, así como otros datos que han aportado luz sobre los orígenes de Venta Romero.
Pero al ir
falleciendo cada uno de los herederos en el previsto orden, la Venta de Diego Romero
quedaría finalmente en poder de la esposa del último, doña María Rodríguez
Collado, cónyuge de don Pedro Romero. Y por sucesión, pasó a sus hijas, Mencía
y Elvira Romero, esta última fue esposa de don Francisco Ribera, y juntos
serían los antecesores de los Condes de Alba Real y Marqueses de Sotomayor y
Villamagna.
Los Cortijos de La Campiña.
Los señores de Alba Real ampliaron la
propiedad con nuevas adquisiciones, que por vínculos familiares, al comenzar el
siglo XVIII, habían pasado a la familia Yegros, caballeros hijosdalgos
hacendados en Cártama, Casarabonela, Marbella y Vélez-Málaga. Doña Francisca de
Yegros y Rivas (
1846), heredera del mismo,
al contraer matrimonio con don Rodrigo de Salcedo y Cárdenas (1764-1851), unió
los dos más importantes vínculos de la localidad. El predio fundacional que
reunía los cortijos entorno a Venta Romero, había pasado a denominarse "La Campiña ", y reunía
una serie de cortijos con los más variados orígenes y destinos que trataremos
de describir.
─
Cortijo de Casasola.
Debe su nombre al que fue su
propietario en 1752, don Pedro José de Casasola y Andrade, Regidor Perpetuo y
Teniente de Corregidor de la
Ciudad de Marbella.
Adquirido por D. Rodrigo de Salcedo y
Cárdenas durante el siglo XIX, se compuso de ciento cuatro fanegas de tierra. A finales de este siglo se segregó del mismo una porción del mismo, que tomó el
nombre de “cortijo de Berlanga” por el que fue su propietario, don Miguel
Berlanga Baquero. Este cortijo además de las tierras, casa y enseres, incluía
una noria de sangre ó tracción animal que extraía agua de un pozo, y un molino
aceitero también de tracción animal.
─
Cortijo de Ugarte.
Compuesto de treinta y seis fanegas de
tierra, veinte de secano y seis de regadío. Lindante con el Río, con tierras
del molino de Rovira y con tierras del cortijo de Cantos.
─
Cortijo Nuevo de Salcedo.
Que a mediados del siglo XIX se
encontraba en poder de los herederos de D. Anastasio Sabba. Fue adquirido a
comienzos del siglo XX por don Ramón Leal Herrera. Corresponde hoy la actual barriada de García Agua.
─ Cortijo de los Bermejales.
Heredado por don Luís de Yegros, de su
madre doña Margarita de Yegros; se componía de 168 fanegas de tierra de secano
que se sembraban de trigo, maíz, cebada y en menor medida hortalizas; también
tuvo casa, pajar y tinado. En 1847 cuando era propiedad de don Rodrigo de Salcedo y Cárdenas su extensión
era de ciento ochenta fanegas de tierra de secano y dieciséis de regadío; en él
se incluía una Haza de diez fanegas llamada “de don Baltasar”, en alusión al
que fue su propietario don Baltasar de Yegros y Cárdenas.
Lindero con la Hacienda llamada
Estacada de Gálvez, cortijo de Tres Leguas, el Río y la Sierra de los Pechos.
─
Cortijo de Caffarena.
Debe su nombre a don Ángel
Caffarena Lombardo, nacido en 1858; abogado y político; ocupó además los
siguientes cargos en Málaga:
-
Miembro de la Junta Provincial de
Sanidad del Ayuntamiento.
-
Vocal de la Liga de Contribuyentes
y Productores.
-
Vicepresidente de la Sociedad
Española de Higiene.
-
Decano del Colegio de Abogados en
dos ocasiones.
-
Presidente del Partido Conservador
de Málaga; del que quiso dimitir, pero que el propio Presidente del Gobierno,
Antonio Maura, le convenció para que no lo hiciera.
Fue propietario en Cártama de porción
de tierra denominada: “Santa María y San Rafael”, de entre 50 y 60 hectáreas de
secano y olivar, que paso a ser conocida como "Cortijo de Caffarena",
y que permaneció en propiedad de la familia hasta que fue expropiada en los
años 60, para construir el "Poblado de Colonización" de hoy conocido
como “Nueva Aljaima”.
─
Cortijo de Las Tres Leguas.
El poseedor mas antiguo que se le
conoce es don Rodrigo de Salcedo y Cárdenas, por lo que es muy posible que sea
este su fundador.
─
Cortijo de Torres.
En sus orígenes llamado “Fontuela” ó
“Pilarejo”, cuando era propiedad del conde de Miraflores de los Ángeles, allá
por el siglo XVIII, a cuya familia debe el nombre; con un extensión de 148
fanegas de secano, lindero con el cortijo de la Capellanía.
─
Cortijo de Anaya.
Fue propiedad de D. Diego del Canto y
Cárdenas en 1768. Desde las primeras décadas del siglo XX, pasó a ser conocido como “de Paco
Pérez”.
─
Noria de Venta Romero.
Ultima noria de estilo mozárabe que
conservó el Guadalhorce, con una enorme rueda de madera que giraba por la
fuerza que sobre allá ejercía la corriente del río, dirigida hacia la misma por
una presa fabricada en el lecho del cauce, aún perceptible.
Óleo fechado en 1884, en el que se aprecia el Cortijo de Venta Romero y las Ruinas de la noria de Rovira.
|
Noria y acequia fueron construidas
para uso exclusivo del molino de Rovira; aunque por acuerdos llegados por parte
de hortelanos y molinero, los primeros se beneficiaban de estas aguas para el
riego, a condición de hacerse cargo del mantenimiento del cauce. Así ocurrió
durante siglos, hasta la llegada de las industrias cárnicas a principios del
siglo XX. Estas industrias vertían sus aguas fecales directamente sobre la
acequia, provocando la negativa por parte de los agricultores a efectuar la
limpieza, por lo desagradable que se hacía esta labor. Tras negociar la
situación las empresas se comprometieron a hacerse cargo de la limpieza anual
de la acequia a partir del punto de vertido.
─
Cortijo de Chávez.
"Lagar de Vallejo" era su
nombre hasta que fue vendido por su ultimo propietario, don Manuel Collantes,
natural de Cádiz, aunque vecino de Málaga. A la familia Chávez que actualmente le da nombre, oriunda de Alozaina pertenece
desde 1931. Sus tierras se extendían desde la actual Iglesia de San Isidro
hasta la casilla de “Matolí”, hoy bajo los raíles del AVE.
La constante labor agrícola que suponía tal extensión de terreno, fue
agrupando las viviendas de los braceros y jornaleros, a ambos lados del carril
de acceso al cortijo. Se creó de esta forma un núcleo de población con entidad
propia, que el propietario de la finca, Juan Chávez Méndez (1909-1989), protegió
y defendió en numerosas ocasiones, consciente de ser su creador. Se encargo
también este señor de organizar las primeras verbenas que se celebraron en la Estación de Cártama, y para
ellas regaló una imagen de San Juan que anualmente se prosesionaba, subida en
unas “angarillas”.
─
Cortijo de Venta Romero.
Trescientas cincuenta y dos fanegas de
tierra, trescientas quince de secano y treinta y siete de regadío con la
acequia de Rovira; en las que se incluían 450 pies de olivos, varias
higueras, granados, frutales, álamos, chumbas y casa compuesta de vivienda,
pajar, tinado y graneros. Sus linderos fueron; el cortijo de Casasola, el de
Tres Leguas, el cortijo Nuevo de Salcedo, el cortijo de El Cano y el Río. En
1847 recayó la propiedad en don José Salcedo y Yegros, tras el fallecimiento de
su madre.
Plano catastral parcial del año 1898. |
Para los nuevos vecinos, el único
suministro de agua eran las acequias, habitualmente usadas para el riego; y en
torno a ellas giraba la vida hogareña, siendo en parte condicionantes para el
desarrollo urbano.
La principal de ellas, llamada
“acequia de los labradores”, tenía su origen en la Estacada de los Gálvez,
junto al cortijo El Bermejal. Penetraba en la zona bajo el puente de hierro,
para pasar junto a Venta Romero siguiendo el curso de la antigua carretera de
la Estación en línea recta, hasta cruzar la vía férrea y tomar la dirección que
marca la calle Pizarra, para confluir con la calle Huelva, distinguiéndose aún
hoy su trazado al cruzar la calle Marbella. Tomada la nueva dirección que marca
la calle Huelva, al llegar a la línea de ferrocarril sigue su curso unos
metros, volviendo a cruzar nuevamente la vía férrea y la antigua carretera de
Málaga. Aquí tuvo su toma la “matriche” o acequia secundaria que corría en dirección al Parador, con ella
se regaba cierta porción de huerta, y servía de suministro para todas las
utilidades que no fuesen el consumo humano, en los comercios y viviendas por
las que pasaba. El cauce principal describe un arco sobre la barriada de
García-Agua, delimitando así la extensión de terreno que ocupó el antiguo
cortijo de Don Ramón; para volver a correr paralelo a la antigua carretera y
desaguar en el Arroyo de Torres.
El Comercio y la Industria.
En el entorno a la Estación de Ferrocarril,
las viviendas de los empleados y los almacenes para mercancías, fueron
apareciendo nuevos edificios, con distintos destinos, al pie de la antigua
carretera Málaga-Alora.
─
El Parador.
Creado a principios del siglo XX por
Don Diego Salcedo Duran en terrenos de su propiedad, la primera referencia
documental que tenemos de este edificio es de 1915. Estuvo en su origen
orientado al hospedaje de los pasajeros del tren. En el local bajo hubo una
abacería, en la que se vendían todo tipo de artículos, desde comestibles a
herramientas agrícolas.
─
La Cerería.
Orientada en su origen a la fundición,
al menos en 1903, sabemos que era explotada por don Juan Rodríguez Ramos. En 1937 albergo la primera estación telefónica instalada en la localidad.
─
Industrias Prolongo.
Fundada durante la primera mitad del
siglo XIX en la calle de San Juan de la ciudad de Málaga, en los primeros años
del XX se hizo con la fórmula que le dio la definitiva ventaja sobre otras
industrias del mismo ramo, dando lugar al “salchichón Prolongo estilo Génova”.
Hacia el año 1915, se trasladaron a Cártama los hermanos Pablo y Carlos
Prolongo García; herederos del negocio familiar, donde instalaron una moderna y
amplia fábrica, en terrenos adquiridos a don Diego Salcedo, figurando en 1919,
por primera vez como contribuyentes en Cártama.
─
Barriada de García-Agua.
Debe su nombre a la familia compuesta
por Sebastián García Rodríguez y Francisca Agua Morales, llegados desde Coín
durante la última década del siglo XIX.
Instalados como colonos agricultores
en la Colonia
de Doña Ana; durante la segunda década del siglo XX se trasladaran al entonces
conocido como “cortijo de Don Ramón”, y aprovechando los almacenes y secaderos
de tabaco de este, donde montaron una fábrica de embutidos y derivados del
cerdo que prosperó notablemente. Sus hijos se encargaron de unir los dos
apellidos como marca comercial.
Medalla publicitaria de los primeros embutidos García-Agua. |
─
La Fabriquilla.
Ubicada donde la actual barriada del
mismo nombre, con una enorme chimenea redonda en ladrillo rojo entre las
actuales calles Toledo y Badajoz, y en la que se trabajaba el mineral extraído
en las canteras de la sierra de Cártama, para fabricar oxido rojo y otros
productos derivados del mineral.
Fue construida por el súbdito ingles,
don Federico W. Martino, como “Fábrica de fundición”, en los terrenos
adquiridos a don Miguel Hidalgo Torremocha. Inaugurada el domingo 13 de junio
de 1875; al evento acudieron las autoridades de los pueblos cercanos y
personalidades malagueñas destacadas que habían sido invitadas, con la
bendición del párroco de Álora, don Antonio López Gómez, quien lo dejó bajo el
patrocinio de San Antonio de Padua, en atención al día en que se inauguraba.
Recibió el nombre de “Soledad”, en memoria de la esposa del padrino de la ceremonia,
don Miguel Hidalgo, fallecida pocos días antes.
Edificio y dependencias se engalanaron
para este acto con profusa decoración de follaje vegetal y banderas españolas e
inglesas entrelazadas. El ameno almuerzo-convite estuvo amenizado por una banda
de música y los discursos de destacadas personalidades, entre ellos, el médico
de Cártama. Desde el primer día quedó bajo la dirección del joven ingeniero alemán Sr. Bóckel.
En los meses siguientes apareció esta
fábrica anunciada en la prensa nacional, ofreciéndose a los mineros como
“fábrica inglesa” que compra toda clase de minerales, que por su pobre ley no
han podido utilizarse hasta ahora.
─
Inducaña.
Durante la década de los años 50 del
pasado siglo XX, funcionó esta fábrica, aprovechando la tradición artesanal que
ya existía en Cártama, de la manufacturación de de la caña, la palma, el
esparto y el crin, tan abundantes en nuestros campos.
La antigua fábrica de
“Inducaña”, también llamada “Industria de la caña y derivados” y “Cañaverales
Andaluces”; estuvo situada a orillas de la Avenida de Andalucía de la Estación
de Cártama, ocupando la parcela delimitada por lo que hoy son las calles
Iglesia y Coral.
Encabezamiento de una factura de Inducaña. |
Un alto en el trabajo para comer, año 1957. (foto: Matías Miranda Cañamero)
|
La imagen precedente corresponde al
año 1957 y refleja un alto a la hora de comer en un día de trabajo, en la que
aparecen algunos de los trabajadores de la empresa.
Aparecen en la fotografía: 1.- Francisco
Hidalgo, “Paco Telaraña”; de los mejores oficiales. 2.- Cristóbal Viudez
Gálvez, que abandonaría la empresa para entrar a trabajar en un tejar cercano.
3.- José Agüera, “Bazán”; buen tejedor, se encargaba de hacer los “zarzos” (tejido
plano de caña sin cortar a medida). 4.- Antonio Díaz Ocaña, “Palmero”. 5.-
Cristóbal Gómez Baquero, “El Ponzo”. 6.- Miguel Orejuela. 7.- Antonio Viudez
Gálvez, se mantuvo en la empresa hasta el año 1959, fecha en que se marchó a
Barcelona. 8.- Francisco Istan Moreno, “Carón”. 9.- José Agüera Miranda,
“Verdejo”. 10.- Antonio Fernández Baquero, “Cupianes”; de los mejores
oficiales. 11.- José Serrano Campaña, “el Guerrero”; se encargaba de clasificar
las colas de las cañas para distinguir las calidades de los cañizos en superior
e inferior. 12.- Francisco Cuenca Merino. 13.- Juan Mairena Botello, “el
liebre”; preparaba los rollos de alambre para tejer los cañizos. 14.- Matías
Miranda Cañamero. 15.- José Santana Rueda, “coletilla”. 16.- Bartolo, “el
apañao”.
Los más niños se dedicaban a limpiar las hojas de las cañas y apilarlas
en “garberas”, en el exterior del recinto, listas para ser trabajadas. La
materia prima, cañas, “crin” para las escobas, y otros útiles, eran servidas
por Francisco Carillo “Frasquito”, y su ayudante “el pelao”, que las traían
cada mañana en una batea de cuatro ruedas tirada por un mulo. Otras personas
que trabajaron en esta empresa pero no aparecen en la foto, son: “el troya”,
tejedor de cañas; “Antoñito”, el encargado, y “Paquito”, el de la oficina,
quien además amenizaba las verbenas y demás fiestas de la Estación de Cártama
con su conjunto musical.
Pozos, fuentes y abastecimiento de
agua.
Hasta entonces el suministro de agua
potable corría a cargo de aguadores que se dedicaban exclusiva ó
esporádicamente a cargar sus carruajes en los manantiales cercanos, y que luego
vendían por la calle. Muy recordada es la figura de Agustín Calero López,
“Agustín el del agua”; miembro de una de las primeras familias pobladoras de la Estación , que ejerció
este oficio durante muchos años, y durante la década de los cuarenta, en más de
una ocasión compartió viaje con un aún anónimo Antonio Molina, que desde Málaga
llegaba aquí en bicicleta para comprar leche.
El pozo es el recurso más habitual en
todo habitad humano que no tenga cerca un manantial, para añadir al entorno
familiar algo tan importante como es un punto de abastecimiento de agua. Sin
embargo, de los muchos que se abrieron en la Estación de Cártama, sólo
eran potables los que perforaban el aluvión aportado por el río Guadalhorce o
el arroyo de Torres; el resto, como se ha dicho anteriormente, eran salobres;
aunque el ingenio de la necesidad llevó a algunos vecinos a añadir un poco de
jugo de limón, para disimular el sabor del agua y poder así ser consumida.
Entre los más antiguos están, además de los de las citadas casillas de peones
camineros:
-
El pozo del Parador, aún existente y en uso.
-
El que existió junto al acceso Norte del puente de
hierro, conocido como “pozo de doña Mercedes Lara”, con bomba de mano; hoy
sirve de cimiento para el edificio construido en su lugar.
-
Otro en Venta-Romero, perdido su caudal por abandono.
-
Otros dos dentro de industrias Prolongo. Estos fueron
abiertos cuando se instaló la fábrica de salchichón a primeros del siglo XX.
Nos consta que se les extraía el agua mediante un molino de viento.
-
Los de cortijo de Vallejo, actual Finca Chávez. Dos
eran los pozos que existían en esta finca; uno de agua fina y otro de agua
gorda, ambos con un caudal de unos 10 litros por segundo que se utilizaban para
riegos, extraídos mediante un motor eléctrico. De ellos uno aun esta en uso al final de la calle Pissarro.
-
el de los “Chumbilla”, que debe su nombre a la familia
que pobló esta zona, procedente del lagar del mismo nombre en el límite con el
termino de Málaga; ubicado en el antiguo arroyo de Los Cardiales, actual
Avenida Manuel de Falla, usado actualmente para riego de jardines.
-
el de La
Fabriquilla ; que nos consta en propiedad de doña Maria Teresa
Estrada Segalerva en 1947, fecha en que se realizaba la extracción mediante un
motor de gasolina. Con un caudal de 18 litros por segundo de agua gorda, era
utilizado para el riego de huertas.
-
El de Casasola; que estuvo junto al solar de la antigua
Cooperativa de cítricos “Malaka”. Nos consta que era su propietario en los años
cuarenta del siglo XX, don Manuel Berlanga Anaya, el cual extraía el agua
mediante una noria de las fabricadas en las ferrerías malagueñas, llamadas
“malacate”. Con un escaso caudal, el agua era salobre y su uso exclusivo para
riegos.
Pasada la guerra civil retornó la
actividad económica y urbanística, en ello influyeron distintos factores. El
principal fue el que los herederos de don Diego Salcedo se fuesen desprendiendo
de estas tierras de forma progresiva, lo que ayudó a consolidar unas vías
urbanas preexistentes y primeros trazados de las actuales barriadas de Los
Cardiales y Montecielo.
La actual Avenida Manuel de Falla, era
una vaguada que en invierno se convertía en un arroyuelo llamado, arroyo de
“Los Cardiales”, debido a la familia que habito en este entorno con tal apodo,
ya que su principal ocupación era la de "cardar" la lana.
En verano, cuando el cauce quedaba seco, las aguas corrían subterráneas,
procedentes del manantial de El Cano, y otras filtraciones.
Estas afloraban de forma natural en el actual entorno del Centro Comercial del
Cruce y de la calle Córdoba, habiendo tomado la salinidad del terreno por el
que corre. La laguna que así se formaba es ya mencionada en el documento
anteriormente referido sobre la toma de posesión de Venta Romero en 1509, como:
“la laguna entre los caminos de Almoxia y
Cártama…” y fue
otro de los lugares recurridos por la creciente población para el
abastecimiento de aguas de uso domestico. A partir de aquí, el recién formado
cauce seguía su trayecto en dirección al río, bajo a un puentecillo que fue
enterrado por la nueva carretera. Al ser visible la mayor parte del año este
último tramo, el topónimo “Cardiales” sólo se usa en la actualidad en su
vertiente baja, aplicado a la barriada del mismo entorno.
Iglesia de San Isidro Labrador.
Por las gestiones realizadas por el
Obispo de Málaga, Don Balbino Santos
Olivera, en Enero de 1.946 se creaban en su diócesis de Málaga 46 nuevas
parroquias. Una de estas, es la de San Isidro Labrador, que aunque mantuvo su
cede en la de San Pedro de Cártama, aquel párroco se trasladaba a la Estación para celebrar
los oficios religiosos, alternativamente en casa de don Antonio Bravo
Ruiz y don Sebastian García Agua, citas en la barriada de la Estación , junto a la
antigua carretera de Alora-Málaga.
A principios de los años cincuenta, el
Obispo don Ángel Herrera Oria, consciente del analfabetismo y atraso de las
zonas rurales de Málaga, presento en Madrid ante el Gobierno, un estudio
socio-religioso, el cual fue aprobado por Ley del 16 de diciembre de 1954,
mediante la que se crea el "Patronato Mixto para el Plan Quinquenal de
Educación Primaria en la provincia de Málaga". Este patronato se
comprometió a construir 250 escuelas en
cinco años.
Entre todas aquellas capillas-escuela,
algunas en término de Cártama, se incluía la de la Campiña , y con este
objetivo se formó en la barriada de la Estación , la "Junta Pro-Capilla",
encargada de hacer rifas, festivales y recaudar donativos, con los que se
adquirieron 800 metros cuadrados
de terreno en el lugar conocido como "Montecielo".
La construcción se presupuestó en
639.502,85 pesetas, y pese a los problemas surgidos durante las obras se dio
por inaugurada la nueva Iglesia el 15 de mayo de 1957, con un templo de 27 metros de largo, con
sendas clases de niños y niñas a ambos lados, dos viviendas, archivo y patio.
Aportado
por los feligreses de la Estación:
|
95.219,50.
|
Donadas
por el Ayuntamiento:
|
80.535.
|
Cedido
por el Patronato Diocesano de Educación Primaria:
|
463.748,35.
|
Total en pesetas:
|
639.502,85.
|
Fuente:
Acta fundacional de la
Parroquia.
Vista de la calle Carmen Juanola en los años 60 del siglo XX. (foto: J. M. Sánchez Ortega.)
2─ EL SEXMO.
Topónimo de origen castellano que hace
referencia a la fracción sexta de algo, en este caso un predio de tierra. Ya en
los repartimientos se hace referencia a similares unidades de medida de tierra;
quinto, cuarterones ó diezmeria. El sexmo aparece también en otros pueblos de
la provincia, como la huerta del sexmo en Alhaurin de la Torre o el sexmo de
Alhaurin el Grande.
También este término puede hacer
referencia a un impuesto Real que se cobraba (al menos durante el siglo XVI) a
los arrieros que transitaban por el camino Real a Málaga, similar a los diezmos
o las tercias. José Martín Pérez, apodado “panseco”, nacido hacia 1888, es
reconocido como el primer habitante en una pequeña choza de palma, de la actual
barriada. Todos los días al ir a trabajar sus compañeros le preguntaban que
traía hoy para comer, a lo que el simplemente respondía “un poquito de pan
seco”, y de aquí el origen del apodo.
Con la construcción del canal para
riegos en los años 60, paralelo a él se acondiciono un camino como vía de
servicio, y a los lados de esta vía y del canal se fueron sumando viviendas que
consolidarían un núcleo de población.
Hasta entonces el acceso a la barriada
se hacía por el cauce seco del arroyo de Torres; este nuevo camino supuso un
importante alivio para aquellos vecinos, que además de ser más cómodo, permitía
ser usado en la época de lluvias también. Pero al ser propiedad y competencia exclusiva de Confederación
Hidrográfica del Sur, se sucedían los años sin que se efectuase ninguna
reparación en él; tan solo podía el ayuntamiento limitarse a reparar las zonas
afectadas por una realenga que por allí trascurre, que resultaban ser pobres
mejoras, con lo cual después de treinta años se encontraba soportando un
tráfico diario de unos doscientos vehículos y en un estado lamentable.
En los años 90 del pasado siglo XX, el
ayuntamiento de Cártama solicitó a Confederación Hidrográfica del Sur, la
cesión de competencias sobre la carretera de acceso a la barriada, como única
vía de acceso a la misma para poder hacerse cargo de la totalidad de su
mantenimiento.
Plano catastral de El Sexmo y su entorno del año 1989. |
En la actualidad Celebra su festividad
el 12 de septiembre, día de su patrona, la Virgen María; y en ella destaca el
concurso de cante y trilla, que cada vez toma más fama y las carreras de
caballos.
3─ DOÑA ANA.
Tiene su origen en el latifundio
fundado por la familia Andrade con una extensión de 140 fanegas de tierra entre
secano y regadío.
Ya aparece con este nombre en el
Catastro confeccionado por el marqués de Ensenada en 1761, como propiedad de
doña Ana Fernández de Angulo, soltera, junto con su hermana Josefa. Lo cual, al
ser la referencia más antigua que tenemos, nos puede hacer suponer que a esta
señora debe su nombre.
Por la ley de Colonización de 1855,
fueron distribuidas estas tierras, que se encontraban en estado de abandono,
entre colonos a los que el estado concedía ciertas preferencias mientras
habitasen aquí.
En 1865 era propiedad de doña Rafaela
Gómez de Molina Sánchez Arjona; la cual era hija de don Luis Gómez de Molina y
Aguilar y de doña María del Carmen Sánchez Arjona; y a su vez don Luis Gómez de
Molina Aguilar era hijo de don Isidoro Gómez de Molina, Coronel de Artillería y
Caballero de la Orden de Carlos III, procedente de Perroso (Santander), y de
doña Joaquina Aguilar Luyondo, de origen vasco.
Pero pronto pasaron a manos de los
Larios, que incrementaron su extensión con la adquisición de fincas cercanas,
entre ellas en la vecina población de Alhaurin de la Torre donde fueron
propietarios del Cortijo de la Monjas dando lugar a al actual núcleo de
población de Santa Amalia.
Los beneficios obtenidos con la Ley de
Colonización Agrícola de 3 de junio de 1868 caducan en agosto de 1898, y a
partir de esta fecha comienza la finca a pagar contribución como una más,
cuando es propiedad de don Carlos Larios,
y sus vecinos dejan de estar libres del privilegio de exentos de hacer el
servicio militar. Pero ello no es impedimento para que se consolide como
pequeño núcleo de población.
En 1940 se mantiene en propiedad de la
misma familia, en la persona de don Antonio Larios Franco, como heredero de la
testamentaria del Marqués de Genal.
Plano catastral, parcial, año 1944. |
4─ ALJAIMA.
Lugar habitado desde la época de la
reconquista, ya que aquí se concedió licencia para construir una Venta, que ha
sido referente para los viajeros que por estas tierras han pasado, a través de
los siglos.
Sin embargo, estas tierras siempre han
formado parte de un latifundio. El actual núcleo de población no se formaría
hasta la década de 1920, en que el Duque Abrantes cedió de forma gratuita el
terreno necesario para construir la actual Estación de Ferrocarril, ahorrando
de esta forma el tiempo necesario en trasladar sus productos agrícolas a otras
estaciones cercanas. La singularidad de esta estación es que se encuentra sin
apenas alteraciones desde su fundación; conserva incluso el pozo con mecanismo
de extracción eólica que alimentaba las viviendas.
5─ NUEVA ALJAIMA.
Poblado de colonización construido en
1965 sobre el antiguo cortijo de Caffarena, por el “Instituto nacional de
Colonización”, obra de los arquitecto Jesús F. Hernández y M. Arcos.
En la distribución de este espacio
urbano ha optado el arquitecto por situar la iglesia en el extremo Oeste, y
ante ella la plaza principal, al margen de otras pequeñas plazas en el
interior. Al igual que el resto de poblados contemporáneos a este, las
construcciones se componen de vivienda, granero y zona ganadera.
Esta barriada posee además la
singularidad de que se le colocó junto a la carretera Málaga-Álora un monumento
en piedra en forma de cruz al estilo de los cruceiros gallegos que indican la
cercanía de un santuario o lugar de fe. La misma circunstancia se da en la
vecina población de Villafranco del Guadalhorce.
6─ PUEBLONUEVO ó Ampliación de Cártama.
Poblado de colonización construido por
el “Instituto nacional de Colonización”, obra del arquitecto Carlos Babe
Delgado.
En 1966 la Confederación Hidrográfica
del Sur de España, expide una resolución por la que declara la necesidad de
ocupar ciertas fincas en el término de Cártama e inicia el expediente de
expropiación forzosa del que se hace información pública en el Boletín Oficial
del Estado el 22 junio y 6 de de 1966, así como en el diario SUR de Málaga de
fecha 31 de mayo del mismo año.
El lugar escogido fue una parcela de
tierra propiedad de don Diego Marín Sepúlveda, heredada de su padre don Juan
Marín Cañamero, sembrado de olivos y agrios, llamada “Huerta de Don Diego”, en
el paraje conocido como “los tres arboles”, delimitada por la carretera de
Cártama á Alhaurin el Grande y por el canal de riegos del Guadalhorce. El Instituto Nacional de Colonización convoca en subasta pública la
contratación para la construcción de 27 viviendas de colonos, con dependencias
agrícolas, con un presupuesto de veinticinco millones doscientas cuarenta y dos mil novecientas
dieciocho pesetas con treinta y ocho céntimos (25.242.918,38).
En este diseño el arquitecto
distribuye los elementos urbanos dejando la plaza en un punto más elevado,
aunque abre otro espacio público ante la iglesia que ocupa el punto central del
conjunto. La plaza más alta ofrece un modelo ajardinado que pretende integrarse
en el entorno en que se encuentra la construcción.
La iglesia ocupa el punto central del
poblado, siguiendo la norma tradicional de la arquitectura rural, con el pueblo
a sus pies. La torre está diseñada en elementos verticales que apuntan al
cielo, sobre los que predomina la forma de cruz de sus ventanales.
7─ GIBRALGALIA.
Topónimo puramente árabe, cuya raíz se
repite por toda la geografía española (Gibraltar, Gibralfaro, Gibralmora,
etc.), puede traducirse como “sierra alta” (Yabal al-alya). Aparece por primera
vez en el deslinde del condado de Casapalma, ocurrido en 1493:
“…por
do va una senda aguas vertientes al camino de Álora, que va de Álora, e aguas
vertientes Casapalma e cabo del dicho lomo de tierra entre unas palmas en
derecho del atalaya de la sierra de Gibralgalia de lo más alto e dexando la
dicha sierra de Gibralgalia a la mano izquierda volvió por un lomo abaxo de
unos buhedales sobre la mano derecha en derecho de la dicha atalaya y del dicho
mojón yendo por la loma adelante aguas vertientes al rio de Caçarabonela
faciendo dos boltezuelas en el dicho deslindamiento e loma sobre la mano
izquierda fasta dar en un cerrillo que se dice Fechahacen a do se hizo otro
mojón de tierra e una piedra en medio soterrada.” Un texto escrito el 17 de
diciembre de 1493 y que describe fielmente los cerros más altos de esta sierra.
A partir de esta fecha queda integrada
en el señorío de Casapalma, hasta que con la abolición de los señoríos pasa a
formar parte del término de Cártama en 1812, tras un pleito con el vecino
municipio de Coín.
Con la creación del municipio de
Pizarra en 1847, a partir de tierras tomadas de los de Alora y Cártama; la
sierra de Gibralgalia queda aislada y unida a su término tan sólo por la
carretera de acceso.
Su población se compuso de vecinos
llegados de todos los municipios cercanos. Estos primeros pobladores tuvieron
la libertad de poder cercar un pequeño trozo de tierra en el que construir sus
chozas aprovechando los recursos del entorno; el resultado eran unas viviendas
con paredes de piedra, habitaciones cortadas con cañas y barro y cubierta de
palmas. El perímetro circundante era reservado para el ganado de pastoreo,
gallinero y huerto, denominándose localmente “rancho” a todo el conjunto.
La consolidación como aldea llega cuando el
Padre Tiburcio Arnaiz, durante un viaje a Yunquera, se fija que hay numerosas
casas diseminadas en un monte que divisa por el camino, pero no distingue entre
ellas ninguna iglesia. Preguntó entonces a su acompañante que pueblo era aquel,
el cual le informó que se llamaba Gibralgalia y que allí no llegaba quien los
confesase ni siquiera una vez al año, ni tenían cura ni conocían a Dios; eran
cristianos porque sí, porque bajaban los recién nacidos a Pizarra para
bautizarlos, dos horas de camino en bestia, lo mismo acorría cuando se casaban,
y allí también llevaban sus muertos para darles sepultura, sería el año 1920.
Hasta entonces los oficios religiosos
se venían haciendo en una casa particular conocida como “casa del colorao”,
propiedad de Antonio Berlanga Pacheco, conocido como “Antonio Martín”.
En enero de 1921 fue llevado el Padre
Arnaiz a Pizarra por los Condes de Puerto Hermoso para preparar la
entronización del Sagrado Corazón en la sierra de Gibralmora. Aprovecha la
ocasión para organizar una visita a la sierra de Gibralgalia acompañado de los
Condes y el cura de Pizarra, ocupando el día entero en catequizar, predicar y
confesar, con tal aceptación que de vuelta a Málaga le pareció urgente poner en
marcha un plan de catequistas y maestras rurales voluntarias. Después de mucho
esfuerzo, al año siguiente, enero de 1922, se presentan en Gibralgalia tres
señoras pertenecientes a las llamadas “doctrinas rurales”, entre las que se
encontraba doña María Isabel González del Valle, y a las que el Padre les había
dado como primer objetivo y consigna, la de desterrar de aquel lugar la
blasfemia.
Nada más llegar a la sierra alquilaron
una de las pocas casas existentes, ya que la mayoría eran chozas, y en ella se
instalaron y destinaron parte de la misma para escuela, pero pronto se quedo
pequeña y hubieron de alquilar otra. Las clases se impartían de ocho a once de
la mañana para los niños, de tres a cinco de la tarde para las niñas y tras ellas
la mocitas, y de ocho a diez para los hombres. Los jueves se desplazaban al
cercano barrio de Las Casillas, daban catecismo para las casadas y visitaban
los enfermos; el domingo lo ocupaban en bajar a Pizarra a oír misa y comulgar,
cuatro horas de viaje en caballería.
El propio padre Arnaiz reconoce que lo
sacrificado de la caminata de los domingos llevó a estas señoras a solicitar
del señor Obispo la concesión para habilitar una capilla decente.
El templo fue construido con la ayuda
de todos los vecinos, incluso colaboro el señor conde de Pizarra. Una vez
acabada fue inaugurada la capilla en 1922, por la directora de todas las
misioneras, doña María Isabel González del Valle.
Doña María Isabel González del
Valle, nacida en Oviedo en 1889, fundadora de la Obra de las Doctrinas
Rurales, falleció en 1937 en Jerez de la Frontera, y por haberlo dejado
expresado como su voluntad, reposan sus restos en la Iglesia de Gibralgalia.
Su labor en Gibralgalia, junto a
otras misioneras, hizo posible la construcción de aulas donde, además de
enseñar la doctrina cristiana, se daban clases a niños, jóvenes y mayores, en
los temas más elementales para erradicar el analfabetismo y que fuesen
autosuficientes en todos los campos posibles, incluso conocimientos médicos.
Entre su labor también se puede consignar el conseguir mejoras en los caminos
de acceso a la sierra y en los abastecimientos de agua.
|
La población se crea y expande a
partir de un camino de herradura, a los lados del cual se van concentrando las
chozas hasta llegar a convertirse en la actualidad en la calle principal,
actual calle “el paseo”. A partir de esta salen otras laterales sin orden alguno, adaptándose a la orografía o los
límites de las propiedades.
Celebra sus fiestas el 24 de junio, en
honor a su patrono, San Juan Bautista; y en las mismas se hace patente una de
las más antiguas aficiones locales, el día del Caballo.
8─ LOMA DE CUENCA.
El Instituto Nacional de Colonización
puso sus ojos en cuatro fincas rusticas al Norte de la Estación de Cártama;
Alba Real, Yema de Huevo, El Cano y Cartamón, en total 272 hectáreas que
parceló y distribuyó en enero de 1946, entre 56 colonos agrícolas, dando origen
de esta forma a la actual barriada de la "loma de Cuenca"; la cual
tomó este nombre de la antigua cortijada preexistente que aún se conserva.
Sello del Instituto Nacional de Colonización. |
Plano de parcelación. |
9─ EL PILAREJO.
La primera referencia que tenemos de
estas tierras data del 18 de noviembre de 1499, en que se provee “a Juan López
Aragonés 30 fanegas de monte para hacer tierras de labor, que se midieron en el
quinto de Cártama, que se señalaron de la manera siguiente: 18 fanegas, por las
cabezadas de las tierras que se dieron a diversos vecinos y lindan por las
otras partes con montes realengos: y las otras 12 lindan con tierras que eran
de Pedro Méndez por el cabo de abajo, y por otra parte por el camino que viene
de Pupiana a Cártama hasta una fuente, y de la otra parte con montes
realengos”.
Se constata la existencia de la “Venta
del Pilarejo” en el siglo XVI, por un juicio y condena que existe en el
A.H.M.M., sobre unos hechos ocurridos en noviembre de 1569; concretamente se
juzga a Domingo Fernández, propietario de dicha Venta “en el camino real de la villa de Cártama tres leguas desta çiudad”
por el asesinato y robo a Alonso Esteban en el “campo de la Venta”. Fue
apresado en Marbella y condenado a Galeras a perpetuidad.
En 1750 se encuentra integrado en las
tierras del conde de Miraflores, bajo el nombre de “Fontuela”, en clara alusión a una pequeña fuente, aunque la finca
se componía de 148 fanegas de tierra, exclusivamente de secano, de forma que su
alguna vez hubo fuente debió ser de muy reducido caudal.
En 1917 el lugar
habitado más cercano es denominado “Ventorrillo de la Romera”, y en el vivían Salvador
Solera Martín, de 28 años, natural de Almogía; casado con Dolores
Barrientos Trujillo, de 26 años, natural de Cártama; con sus tres hijos,
Salvador, Francisco, y Joaquín Solera Barrientos.
Y muy cerca
de allí, en otra casa aislada, Francisca García Sánchez, de 44 años,
soltero, natural de Almogía.
En el Catastro de 1944 tampoco aparece
el antiguo nombre, sin embargo, el Ventorrillo pasaría a llamarse “Venta de
Juan Sánchez”, como aún es conocido. Las tierras de este entorno repartirían su
propiedad entre:
-
Los herederos de Salvador Díaz Blanco; que se repartían
dos casas con era, embalse y terreno de labor sembrado de cereal, almendros y
olivos.
-
Los herederos de José Martín Gómez; que se repartían
una casa con era, olivar y terreno de pastos.
-
Antonio Navarro Barrionuevo; propietario de un pozo
junto a terreno de cereal y naranjos.
-
Don Enrique Ruiz Rueda, sus hermanos y herederos, los
Rueda Colomera. Se repartían estos algunas casas y chozas, una era que aún
sobrevive integrada en las modernas viviendas, un pozo, y una amplia extensión
de terreno sembrado exclusivamente de secano, olivos higueras, almendros y
cereal.
Esta familia “Ruiz Rueda” es oriunda
de Moclinejo, y se instaló aquí a finales del XIX ó principios del XX,
emparentando con los “Rueda, Colomera y Gutiérrez”, todos de origen malagueño. En la actualidad la barriada de El Pilarejo está formada por los descendientes
de estos primeros fundadores.
De los pozos entonces existentes, el
único que subsiste hoy es el integrado en las tierras de los Ruiz Rueda, además
en muy buen estado de conservación, con estructura circular en mampuesto local,
de aproximadamente dos medros de diámetro exterior; pero que al emerger de la
tierra se ve reducido aproximadamente a un metro y medio, para integra en la
misma obra, y a espaldas de la boca, un pequeño pilarillo del mismo material.
La capa de cal que lo recubre es tan gruesa que impide apreciar la argamasa que
sujeta sus piedras, pero se aprecian siglos de antigüedad a pesar de las
reformas, según el testimonio de los vecinos, la mayor parte del año su caudal
se insignificante.
10─ BARRIADA DE ROVIRA ó LOS REMEDIOS.
Hoy desaparecida, toma su nombre del
antiguo molino de Rovira, que estuvo situado en los confines de nuestro término
municipal, lugar conocido como “barranco el Fraile”, Limite con el de Málaga;
el cual a su vez lo toma del doctor D. Carlos Francisco de Rovira Osorio,
presbítero natural de la villa de Madrid, Prebendado y Tesorero de la Mesa Capitular de la Santa Iglesia Catedral de
Málaga durante el siglo XVIII.
Fue molino harinero de cuatro paradas,
uno de los más grandes de la comarca, pero en 1761 ya se encontraba abandonado
por falta de caudal. En años posteriores seguiría funcionando aunque no
moliesen sus cuatro piedras.
Con la llegada del ferrocarril, la actividad industrial y agrícola de la
zona hizo necesaria la instalación de un apeadero, tanto para pasajeros como
para carga y descarga de mercancías, que recibió el nombre de “Los Remedios”.
El aglutinamiento de obreros en torno a estos dos elementos dio lugar a un
reducido núcleo de población conocido indistintamente por el antiguo nombre de
la harinera “Rovira” o el de la estación ferroviaria “Los Remedios”.
La barriada gozaba de todos los elementos propios y necesarios del
vecindario, una iglesia capilla, una fuente pública, una tienda de comestibles,
un bar y una escuela.
Recorte del “Almanaque de la exposición provincial de Málaga, 1901.” |
A finales del siglo XIX la fábrica de harinas de Los Remedios es una de
las mayores de la ciudad, con una moderna maquinaria fabricada en la fundición
Bühler Hnos., de Suiza, que le permitía producir hasta cuarenta toneladas de
harina cada 24 horas. Hasta bien avanzado el siglo XX gozó de prestigio la calidad de sus harinas,
siendo propiedad de don Antonio López.
José Fernández Gómez fue portero,
chofer y mecánico en fábrica de harinas y con su familia vivía en la misma
fábrica. Entre 1934 y 1936 que se cerró por causa de la guerra y se fueron a
vivir a Estévez.
El propietario, señor López
Gutiérrez, fue un importante personaje en la ciudad, tanto que durante la
guerra civil sustituyó el gobernador civil.
Pasada la guerra se volvió a reabrir
y además de harinas también producía pienso. Junto a ella los propietarios
instalaron otra fábrica de jabón que se obtenía cociendo en grandes calderas
aceites de ballena que se traían desde Algeciras en un camión ballenero que
conducía José Fernández. Antúnez era el encargado de la fábrica.
Después de la guerra se volvió a
cerrar hacia 1963, el apeadero cayó en desuso hasta no llegar a parar ningún
tren y los vecinos se fueron dispersando en busca de un nuevo trabajo y una
nueva vida.
Inf.
Carmen Fernández.
|
Barriada con unas veinte casas.
1.- Estévez.
2.- Parte de la fábrica. Naves. Al
final, estaba la capilla.
3.-
4.- Parte de la fábrica. Naves.
5.- Parte de la fábrica. Naves.
6.- En este edificio había tres casas.
Por encima, estaba el colegio.
7.- Parte de la fábrica. Naves.
9.-
9.- Casa.
10.- Casa.
11.- Parte de la fábrica, donde estaba
la maquinaria.
|
Estas viviendas con poco más de 50 metros cuadrados, formaban parte de
las cedidas para servicio del apeadero, con lo cual no eran propiedad de sus
ocupantes.
En los años 80 del pasado siglo XX, las construcciones de esta barriada
presentaban numerosas deficiencias, como la carencia de luz eléctrica, agua o
baño en el interior; además de su antigüedad y el quedar incomunicadas en época
de lluvias por quedar inundados sus accesos con las crecidas de los arroyos,
por lo que se las declaró en estado ruinoso y de decretó su desalojo.
Ya en época más reciente se han sumado a las pedanías de Cártama, las
barriadas de Sierra Llana y Atalaya de Cártama.
Excelente y exhaustivo trabajo. Enhorabuena.
ResponderEliminarHa sido un placer leerle.
Un cordial saludo.
Excelente y exhaustivo trabajo. Enhorabuena.
ResponderEliminarHa sido un placer leerle.
Un cordial saludo.
Me ha gustado mucho, aunque hecho de menos que no se mencione uno de los cortijos más antiguos, grandes y cercanos a la Estación, Palomo.
ResponderEliminarEl cortijo caffarena fue despropiado por el estado contra su voluntad, le ingresaron el dinero en el banco español de crédito tras varios intentos de negociación del estado. Tras su despropiación de las tierras su propietario cayó en depresión y falleció en tres meses aproximadamente. Un saludo y felicitaciones por el artículo.
ResponderEliminarLos Remedios.
ResponderEliminarHay un error cuando se habla del encargado de la Fabrica de la Harina, ya que su nombre no era José Fernandez Antúnez, sino José Antúnez Torreblanca. Lo se porque soy su nieta, y mi padre crecio alli, junto con sus hermanos. Mi abuelo no conducia el camión que traia la grasa y aceite de ballenas de Algeciras, sino que era un chofer de Campanillas, pero el nombre no lo se, en un camión de la marca italiana Busi, y con frecuencia lo acompañaba el propietario, el Sr. López Gutierrez. La harina y los jabones salian de la fábrica hacia Málaga, que era donde tenian los almacenes de distribución y las oficinas.
Por cierto ese chofe yo llegue a conocerlo muchos años, tanto a el como a su esposa que se llamaba Maria que tenia un hijo mal der su cabeza y tenia la única tienda que había en Rovira, El mecánico se llamaba Fernandez y también tenia una hija con Epilepsia, El administrador creo recordar que de apellido se llamaba Gutiérrez, también recuerdo de Señor contreras, al señor Bandera, de hecho tengo un hermano casado con una hija de Bandera que Marcho a Barcelona sobre los año 1960, También recuerdo mucho de la Maestra Doña Maria y su esposo procedían de Alora y tenia dos hijos uno por a podo le llamábamos el tatan. Recuerdo mucho de aquella época cuando desde pequeño no íbamos los día de lluvia a los jardines de La fabrica sin que nos vieran a buscar las nueces que caían de los nogales. En fin que tiempos aquello, solo se pensaba en comer que había muy poca comida pero se vivía feliz y lleno de entusiasmo, hoy los críos no saben ni siquiera lo que es jugar a esconder y al pilla pilla. Quiero Dar las Gracia a las personas qué han hecho posible poder recordar mi niñez por aquellas Rovira o Los Remedios como lo queramos llamar. Mi mas firme agradecimientos. Atentamente vuestro Servido Antonio Muriano fuentes.
ResponderEliminarYo soy nieto de Plácido Guitierrez Cabello. Él era el encargado de la fábrica de harina. Ellos vivían en la casilla, al lado de la cancela del recinto de la fábrica. Nosotros íbamos a pasar los veranos con ellos. Ha sido un placer poder leer este artículo y vuestros comentarios que nos han hecho revivir esos maravillosos años. Felicidades por el artículo. Si queréis contactar o facilitar más información podéis hacerlo a través del siguiente mail ptrujill@hotmail.es
ResponderEliminarLo primero es dar mi enhorabuena por esta gran labor, como es adentrarse en el mundo de lo pasado. Lo segundo, si fuera posible, saber de dónde se recoge la información de la Pedania El Pilarejo, sobre todo cuando se habla de D. Enrique Rueda Ruiz y descendientes. Y tercero al hablar de D. Enrique se le cambian los apellidos de orden. Este es mi tatarabuelo casado con Maria Ruiz Rueda dónde tuvieron cinco hijos. Hilario (mí bisabuelo), María (mí bisabuela), Enrique, Antonio y Encarnación. Los Rueda Colomera que se nombran sería mí abuela y hermanos. Por eso es mí interés, si se puede, el saber de dónde viene la información recogida. Para poder, dentro de lo posible, documentarme para continuar verificando sobre mí Árbol Genealógico... Muchas Gracias!!!
ResponderEliminarYo soy Ricardo Rueda familia nieto De Francisco Rueda Colomera resido en el puerto De la Torre mi abuela era María Luisa Oliveros Greco
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarPuede contactar conmigo ricardoruedafernandez@hotmail.es
EliminarEs una información muy buena para informarnos de las pedanías de nuestro pueblo gracias fernando Bravo
ResponderEliminar